EN EL ACTO DE ESCRIBIR.

Son personas que no consiguen estar de brazos cruzados, esperando que las cosas sucedan, para poder después decidir cuál es la mejor manera de contarlo: van decidiendo a medida que actúan.

Convivir con este tipo de personas es importante para un escritor, porque éste debe entender que, antes de ponerse frente al papel, debe ser lo bastante libre como para cambiar de dirección a medida que su imaginación viaja. Después de escribir una frase, debe poder decirse a sí mismo: “Mientras escribía, recorrí un largo camino y ahora concluyo este párrafo con la conciencia de que arriesgo lo necesario y doy lo mejor de mí mismo”. Los mejores aliados son los que no piensan como los demás. Por eso, mientras buscas a tus no siempre visibles compañeros, has de creer en tu intuición, y no les prestes oídos a los comentarios ajenos. Las personas siempre juzgan a los otros con el modelo de sus propias limitaciones.

Únete a los que nunca dijeron: “Hasta aquí he llegado, no puedo seguir”. Porque de la misma manera que al invierno lo sigue la primavera, nada puede parar: tras alcanzar el objetivo es necesario recomenzar, usando siempre todo lo aprendido en el trayecto. Únete a los que cantan, cuentan historias y disfrutan de la vida. Porque la alegría es contagiosa e impide siempre que las personas se dejen paralizar por la depresión. Y cuenta tu historia.

jueves, 21 de junio de 2012

EN LA VIDA

 
EN LA VIDA
La vida es como un laberinto con muchos caminos por tomar.
En el diario caminar podemos estrellarnos contra las paredes cuando las circunstancias son difíciles, pero hay que tomar una actitud positiva y de desapego, nada ganamos angustiándonos, preocupándonos y torturándonos con los problemas.
Para cualquier dificultad en la vida existe una razón que muchas veces escapa a nuestra perspectiva y no entendemos en el momento. No podemos entender el porqué
Hay que aprender a escuchar prestando atención abierta, pues de seguro siempre oiremos cosas interesantes.
 La vida tiene un precio muy complejo.
La vida nunca podrá simplificarse, es tan compleja que a veces no podemos entender el porqué de tantas cosas.
Da amor y amistad, que nada te importe, siempre y cuando siempre y cuando sientas la satisfacción de darlas sin límites. Odiar es propio de no sentirse satisfecho con uno mismo.
Demos amor desinteresado, que no busca, ni su gusto, ni su interés, tan sólo la expresión verdadera que brota desde dentro.

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