EN EL ACTO DE ESCRIBIR.

Son personas que no consiguen estar de brazos cruzados, esperando que las cosas sucedan, para poder después decidir cuál es la mejor manera de contarlo: van decidiendo a medida que actúan.

Convivir con este tipo de personas es importante para un escritor, porque éste debe entender que, antes de ponerse frente al papel, debe ser lo bastante libre como para cambiar de dirección a medida que su imaginación viaja. Después de escribir una frase, debe poder decirse a sí mismo: “Mientras escribía, recorrí un largo camino y ahora concluyo este párrafo con la conciencia de que arriesgo lo necesario y doy lo mejor de mí mismo”. Los mejores aliados son los que no piensan como los demás. Por eso, mientras buscas a tus no siempre visibles compañeros, has de creer en tu intuición, y no les prestes oídos a los comentarios ajenos. Las personas siempre juzgan a los otros con el modelo de sus propias limitaciones.

Únete a los que nunca dijeron: “Hasta aquí he llegado, no puedo seguir”. Porque de la misma manera que al invierno lo sigue la primavera, nada puede parar: tras alcanzar el objetivo es necesario recomenzar, usando siempre todo lo aprendido en el trayecto. Únete a los que cantan, cuentan historias y disfrutan de la vida. Porque la alegría es contagiosa e impide siempre que las personas se dejen paralizar por la depresión. Y cuenta tu historia.

martes, 15 de febrero de 2011

DECLARACION


DECLARACION
El amor no se hizo para escenas,
Los libros no son un pretexto para la poesía.
Buscar y encontrar ese sentimiento
Es preguntarle al misterioso corazón,
Dónde, cómo y cuándo se ha sentido.
Después buscar la lógica naturaleza de las cosas
Sembrar el sentimiento que lo inicia,
Regarlo a diario para que nazca y se mantenga.
Colocarlo ante el sol y la noche,
Preparar la señora paciencia
Con la aparición de sus milagros,
Así empieza el amor , como un milagro
Andando con el hombre que lo clasifica,
Salvándose o perdiéndose como él lo defienda

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